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Más allá de ser «amable»: la Comunicación Noviolenta desde una perspectiva feminista como herramienta para la comunicación asertiva

Por Corina F. D’Antoni

La comunicación noviolenta (CNV) promueve la empatía y la honestidad al observar las situaciones sin juicios, conectando con los sentimientos que éstas nos generan e identificando las necesidades que subyacen a esos sentimientos. Al expresar nuestras necesidades con claridad y escuchar con compasión las de los demás, fomentamos la comprensión mutua y la conexión. A nivel individual, este proceso nos permite relacionarnos de forma auténtica y construir relaciones más saludables. A nivel social, la CNV promueve la cooperación, la resolución pacífica de conflictos y la creación de comunidades más justas y armoniosas.

La socialización femenina y el desafío de la CNV

Durante generaciones, las mujeres hemos sido educadas para priorizar las necesidades de los demás, a menudo a expensas de las nuestras propias. «Sé amable», «deja las cosas como están» y «pon a los demás primero» son frases que nos resultan familiares. Si bien la empatía y la escucha son cruciales, esta socialización puede llevar a las mujeres a silenciar nuestras propias voces y descuidar nuestras necesidades. Es aquí donde la CNV, abordada desde una perspectiva feminista, se convierte en una herramienta poderosa para el cambio.

A primera vista, la CNV, con su énfasis en la empatía, podría parecer otra propuesta para que las mujeres siempre atendamos primero a los demás. Sin embargo, una perspectiva feminista revela que tiene un gran potencial. La CNV proporciona un marco estructurado para identificar y articular sentimientos y necesidades, algo por lo cual históricamente se ha calificado a las mujeres de demasiado emocionales e irracionales. La CNV busca cambiar el enfoque de la culpa y el juicio por el de la comprensión, creando un espacio para que las mujeres nos expresemos auténticamente y sin pedir disculpas.

Los cuatro componentes de la CNV como herramientas de empoderamiento

La CNV se estructura en cuatro componentes: observación, sentimiento, necesidad y petición. Estos pasos son fundamentales para la autoafirmación y la comunicación clara:

  • Observación: Describir hechos sin juicios.
  • Sentimiento: Identificar y expresar emociones.
  • Necesidad: Reconocer necesidades.
  • Petición: Formular solicitudes claras y alcanzables.

Por ejemplo, en lugar de reprimir la frustración al ser interrumpidas en una reunión, podemos decir: “Cuando me interrumpes (observación), me siento molesta y frustrada (sentimientos) porque necesito ser valorada y respetada (necesidad). ¿Podrías esperar a que termine de hablar antes de compartir tus ideas (petición)?”

No se trata de ser «amable o irónica». Se trata de ser asertiva y clara.

CNV como herramienta de autodefensa y transformación

Además, un enfoque feminista de la CNV prioriza la validación de las experiencias de las mujeres y reconoce las desigualdades sistémicas y los desequilibrios de poder que dan forma a las dinámicas de comunicación. Al expresarnos asertivamente, escuchar con empatía y reconocer los desafíos únicos que enfrentamos las mujeres, creamos un espacio seguro para que podamos expresar nuestras necesidades sin temor a ser etiquetadas como «difíciles» o «emocionales».

En la CNV, algunos «sentimientos arrolladores” pueden provenir inicialmente de pensamientos más que de emociones puras. Esto no invalida experiencias como sentirse «abandonada» o «maltratada», particularmente en casos de violencia machista. Sin embargo, reconocer los sentimientos subyacentes más profundos, como la tristeza, el miedo o la ira, nos ayuda a descubrir necesidades insatisfechas, como la conexión o el apoyo. Identificar estas necesidades promueve la curación y potencia respuestas más saludables. En lugar de reaccionar impulsivamente o sentirnos paralizadas, podemos tomar decisiones conscientes alineadas con nuestras necesidades. La CNV nos capacita para comprender mejor nuestras emociones, validar nuestras experiencias y trabajar por nuestro crecimiento personal a través de la (auto)empatía y la (auto)compasión. 

Una perspectiva feminista de la CNV

La CNV, vista desde una perspectiva feminista, nos permite fortalecer nuestras voces, honrar nuestras necesidades y fomentar una conexión auténtica. Se trata de construir un mundo en el que las voces de las mujeres no solo se escuchen, sino que se valoren y respeten. La CNV no es un medio para comunicarnos con amabilidad, sino con la fuerza y la convicción que proviene de empatizar con los sentimientos y necesidades de los demás, pero conociendo nuestros propios sentimientos y necesidades primero.

Igualdad y empoderamiento a través de la CNV

Por otra parte, la CNV no solo facilita el diálogo, sino que nos protege en situaciones insostenibles, porque aprendemos a observar los hechos sin juicios que los justifiquen, identificar nuestras necesidades y expresarlas con asertividad. Nos ayuda a tomar decisiones conscientes sobre nuestras relaciones y retirarnos de interacciones tóxicas, agresivas o no deseadas, evitando la escalada del conflicto. En caso de que alguien insista en relacionarse con nosotras cuando no lo deseamos, aprendemos a priorizar nuestra necesidad de seguridad y paz interior, y a proteger nuestro espacio. 

La CNV promueve la igualdad de forma intrínseca, dado que sus principios desarman los patrones de comunicación dominantes, poniendo el acento en el diálogo consciente, el poder compartido y la expresión de las emociones y necesidades.

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