Aprendizajes violencia sexual 2024

Aprendizajes de 2024 que nos demuestran que aún queda mucho camino por recorrer en la lucha contra la violencia sexual 

Este año hemos sido testigos de cómo la violencia sexual, la prostitución y el machismo siguen infiltrándose en todos los aspectos de nuestra sociedad, incluso donde menos lo esperamos.

A lo largo de 2024, hemos visto titulares que estremecen, debates que incomodan y realidades que nos recuerdan que, aunque parezca que avanzamos, las raíces del patriarcado siguen profundamente arraigadas en nuestro día a día. Desde las redes sociales hasta las instituciones públicas, pasando por la cultura popular y los espacios privados, la desigualdad de género continúa manifestándose de formas visibles e invisibles, algunas veces con la crudeza de un escándalo mediático y otras, con el silencio normalizado de las microviolencias cotidianas.

Sin embargo, también hemos sido testigos de respuestas valientes y movilizaciones poderosas, donde voces diversas han exigido justicia, visibilizado problemáticas y ofrecido alternativas para un futuro más igualitario. Cada momento crítico ha traído consigo una oportunidad para reflexionar, cuestionar y, sobre todo, aprender.

En este artículo, repasamos algunos de los acontecimientos más impactantes del año y las lecciones clave que nos dejan. Porque si algo hemos aprendido en este camino es que cada paso cuenta, cada reflexión importa y cada acción, por pequeña que sea, suma en la construcción de un mundo más justo para todas las personas.

Acompáñanos en este recorrido por los aprendizajes más importantes de 2024 y las claves para seguir avanzando juntas hacia un horizonte libre de desigualdad.

1. El beso no consentido de Rubiales: un reflejo del machismo estructural en el deporte

El escándalo del beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso durante la final del Mundial de fútbol de 2023 no solo fue una manifestación explícita de abuso de poder en el deporte, sino que también desnudó una verdad incómoda sobre la violencia sexual: es mucho más común de lo que creemos y se encuentra profundamente arraigada en la estructura social. Este episodio trascendió los límites de lo deportivo y puso sobre la mesa el machismo estructural que persiste en diversas esferas de la sociedad, especialmente en espacios tradicionalmente dominados por hombres, como el fútbol.

Lo más impactante de este caso no fue solo el acto en sí, sino las reacciones institucionales, mediáticas y sociales ante el abuso. La respuesta de Rubiales, que inicialmente intentó minimizar la gravedad de lo sucedido, y la falta de apoyo inmediato a Jenni Hermoso por parte de las autoridades deportivas, mostró cómo la violencia sexual sigue siendo normalizada en muchas áreas, especialmente cuando involucra a figuras de poder. A nivel mediático, algunos sectores intentaron deslegitimar las denuncias y desviar la atención hacia lo que llamaron “excesos” o malentendidos, lo cual contribuyó a revictimizar a Hermoso.

Este incidente evidenció una práctica recurrente en muchas instituciones: silenciar a las víctimas y proteger a los agresores. La cultura del encubrimiento, que permite que los abusadores mantengan su estatus y poder, es una realidad que no se limita a este caso, sino que refleja un patrón global. Este tipo de comportamientos no son excepcionales ni aislados; son una manifestación de un sistema patriarcal que perpetúa la desigualdad de género.

El cambio solo será posible si entendemos que la violencia sexual no es un acto aislado, sino una manifestación de una cultura profundamente desigual. Es necesario desmantelar estas estructuras y redefinir el poder, el consentimiento y la justicia, no solo en el deporte, sino en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.

Beso no consentido Rubiales

2. El fracaso de la ley abolicionista de la prostitución: la impunidad del patriarcado

En 2024, el rechazo de la ley abolicionista de la prostitución fue un duro golpe para los derechos de las mujeres. Esta ley no solo buscaba proteger a las mujeres víctimas de explotación, sino erradicar una de las formas más visibles de violencia sexual. Al no aprobarse, se evidenció que el sistema sigue priorizando los intereses de proxenetas y redes de explotación sexual.

La prostitución no es un «trabajo», sino una manifestación de la opresión sexual de las mujeres. La ley abolicionista tenía como objetivo sancionar a los proxenetas y, lo más importante, crear alternativas reales para las mujeres atrapadas en este ciclo de violencia. El rechazo de esta ley subraya la impunidad del patriarcado, que sigue protegiendo a los explotadores y manteniendo estructuras de abuso que debemos desmantelar.

3. Las violaciones a Gisèle Pélicot y la violencia que viene de «hombres normales»

La denuncia de Gisèle Pélicot este año sacó a la luz una verdad dolorosa: los agresores sexuales no son solo extraños o figuras monstruosas; muchas veces, son hombres cercanos a las víctimas. Padres, hermanos, esposos, conocidos… El rostro de la violencia sexual, en muchas ocasiones, es el de un hombre «normal» que abusa de su poder y de la confianza que se le otorga en el ámbito familiar o social.

Este caso evidencia la normalización de la violencia sexual dentro de relaciones cotidianas y cómo, a pesar de que estos abusos ocurren en nuestra vida diaria, los agresores continúan siendo protegidos por las instituciones y el sistema patriarcal que los respalda y les otorga impunidad. La denuncia de estos hechos debe ser el primer paso hacia un cambio estructural en cómo entendemos la violencia sexual. No es un acto aislado, sino una manifestación del control y poder que los hombres ejercen sobre las mujeres en todos los ámbitos, incluso los más cercanos y cotidianos.

Gisèle Pélicot

Fuente: Infobae

4. El alcalde de Vita y su canción: la pederastia y el machismo en el poder

En agosto de 2024, durante las fiestas de San Bartolo en Vita (Ávila), el alcalde Antonio Martín Hernández fue grabado cantando una canción con contenido pedófilo, haciendo apología de la pederastia. Este hecho desató una ola de indignación, con condenas de diversos partidos y organizaciones, que exigieron su dimisión. A pesar de la presión, el alcalde no renunció, aunque fue expulsado de su grupo político.

Este caso evidencia que aún queda mucho por hacer en la lucha contra la violencia sexual, no solo en términos de castigar los abusos, sino también para erradicar actitudes y discursos que los normalizan. 

Este incidente es un claro recordatorio de que la violencia sexual no solo se combate condenando los actos, sino también luchando contra la cultura que los perpetúa.

5. Impunidad ante la explotación de menores: el caso de los empresarios de Murcia

En 2024, un caso que puso en evidencia la impunidad en torno a la explotación sexual de menores fue el de varios empresarios de Murcia involucrados en la prostitución de adolescentes. A pesar de las pruebas y las denuncias, estos empresarios quedaron impunes, lo que refleja una alarmante falta de responsabilidad y justicia frente a los delitos sexuales contra menores.

Este caso subraya cómo el poder económico y la influencia social pueden proteger a los agresores, permitiendo que los responsables de abusos sexuales sigan libres, sin rendir cuentas por sus acciones. La impunidad de estos empresarios no solo expone la vulnerabilidad de las menores ante la explotación, sino también la persistente desigualdad en la administración de justicia, donde aquellos con poder y recursos parecen estar por encima de la ley.

La falta de consecuencias para los agresores en este caso resalta la necesidad urgente de reformas en el sistema judicial, que permitan una respuesta más firme y efectiva ante la explotación sexual infantil. La lucha contra la violencia sexual no puede limitarse a casos aislados; debe abarcar la erradicación de las estructuras que permiten que este tipo de crímenes queden impunes.

Impunidad empresarios de Murcia

Fuente: eldiario.es

6. El caso de Íñigo Errejón: cuando el agresor se viste de aliado feminista

El caso Errejón dejó al descubierto cómo, en ocasiones, los agresores pueden ocultarse tras la falsa apariencia de ser aliados feministas. Sin embargo, las denuncias de comportamientos inapropiados y abuso de poder dentro de su círculo cercano han puesto en evidencia una contradicción alarmante entre sus discursos y sus acciones.

Este caso resalta una realidad dolorosa: la normalización de actitudes abusivas dentro de ciertos círculos progresistas. Los agresores, a menudo, se presentan como defensores de la igualdad de género, ganándose la confianza de la comunidad feminista, mientras mantienen comportamientos de control y abuso en la intimidad. El peligro de esta dualidad es que crea un ambiente en el que el abuso queda minimizado o incluso invisibilizado, bajo la fachada de una imagen pública de defensor de los derechos de las mujeres.

El caso Errejón

Fuente: El País

7. “Y aún así me quedé”: el grito colectivo contra la normalización de la violencia machista

El trend «Y aún así me quedé», que se viralizó en 2024, expuso cómo el amor romántico puede ser perjudicial para las mujeres al fomentar la idea de que deben aguantar relaciones violentas. Muchas compartieron historias de abuso emocional, físico o psicológico, donde, a pesar del sufrimiento, decidieron quedarse debido a la presión social o la creencia de que el amor requiere sacrificio. La atleta Ana Peleteiro fue una de las figuras públicas que participó en el trend, compartiendo su experiencia personal y visibilizando el daño que este modelo de amor puede causar.

Este fenómeno destaca el poder del testimonio colectivo, que no solo visibiliza el daño del amor romántico, sino que también crea una red de apoyo y validación entre mujeres. A través de estas historias, se cuestionan las normas que perpetúan relaciones abusivas y se promueve la importancia de romper el silencio y fomentar relaciones basadas en el respeto y la igualdad.

8. OnlyFans y la falsa promesa de empoderamiento: la explotación disfrazada de libertad

En 2024, plataformas como OnlyFans han sido promovidas como una forma de empoderamiento para las mujeres, ofreciéndoles control sobre su sexualidad y la oportunidad de monetizar su contenido. Sin embargo, estas plataformas representan una forma de explotación que disfraza la desigualdad como libertad. Aunque las mujeres puedan sentir que ejercen control sobre su cuerpo, en realidad, están siendo cooptadas por un sistema patriarcal que las convierte en mercancías sexuales para el beneficio de otros.

El caso de Lilly Phillips y otras creadoras de contenido demuestra cómo plataformas como OnlyFans funcionan como una fachada de libertad sexual, mientras refuerzan estructuras económicas y sociales que perpetúan la objetificación de las mujeres. La verdadera lucha por la autonomía sexual pasa por cuestionar y derribar estas plataformas, que, en lugar de liberar, mantienen el control patriarcal y económico sobre las mujeres.

Este 2024 nos ha dejado lecciones duras, pero también nos recuerda que cada paso en la lucha feminista es fundamental. Aunque seguimos siendo testigos de cómo la violencia sexual, la prostitución y el machismo se infiltran en todos los rincones de nuestra sociedad, la resistencia y el cambio están en nuestras manos.

🔹 No estamos solas: Cada vez más mujeres se alzan, comparten sus historias y exigen justicia.
🔹 El feminismo no es solo una palabra, es acción: La batalla contra el patriarcado continúa en todos los espacios, desde la política hasta el deporte.
🔹 El camino es largo, pero lo recorrido ya es enorme: Cada denuncia, cada gesto de apoyo, cada lucha nos acerca a una sociedad más justa e igualitaria.

Este 2024 nos enseñó que aún queda mucho por hacer, pero también nos dio más razones para seguir luchando juntas por un futuro sin violencia, sin explotación y sin discriminación.

¡Por un 2025 lleno de feminismo radical!