Las plataformas como OnlyFans han irrumpido con fuerza en la cultura digital, presentándose como un espacio de «empoderamiento femenino» y «libertad sexual». La promesa es tentadora: ser tu propia jefa, ganar dinero fácil desde casa y sin intermediarios. Pero, ¿es realmente así? ¿Es este el sueño de independencia financiera o una versión modernizada de la explotación sexual? ¡Aquí te lo explicamos!

El gancho del dinero fácil: todo empieza «inofensivo»

Todo comienza con una propuesta aparentemente inofensiva: una foto de tus pies, una conversación sugerente, una imagen que no parece cruzar límites. Sin embargo, la lógica de estas plataformas está diseñada para llevar a las “creadoras” a cruzar fronteras cada vez más difusas.

Todo comienza con una propuesta aparentemente inofensiva: una foto de tus pies, una conversación sugerente, una imagen que no parece cruzar límites. Sin embargo, la lógica de estas plataformas está diseñada para llevar a las “creadoras” a cruzar fronteras cada vez más difusas.

El contenido que en un principio parecía suficiente deja de serlo. Los seguidores pagan, pero también exigen. La presión por mantener suscriptores y seguir generando ingresos lleva a muchas mujeres a aceptar peticiones cada vez más explícitas.

La ilusión de control es poderosa, pero a menudo es solo eso: una ilusión.

Proxenetas 2.0: la explotación con otro disfraz

El mecanismo de explotación no ha cambiado demasiado en el paso de lo físico a lo digital. Las plataformas como OnlyFans funcionan como los nuevos proxenetas, pero con un disfraz mucho más atractivo: «Aquí tú decides tus límites».

Sin embargo, la realidad es otra. En 2022, Leonid Radvinsky, propietario de OnlyFans, facturó 338 millones de euros, mientras que las usuarias que generan el contenido ingresaron solo 242 millones. La plataforma no solo controla las reglas del juego, sino que también se queda con la mayor parte del botín.

La narrativa del «empoderamiento» se desmorona cuando entendemos que quienes realmente ganan no son las creadoras, sino los dueños de estas plataformas.

Las cifras no mienten: la verdad detrás de OnlyFans

Las estadísticas revelan una cruda realidad:

• El 1% de las creadoras concentra más del 33% de los ingresos totales de la plataforma.
• Muchas mujeres terminan endeudándose en intentos desesperados por mantenerse visibles y relevantes.
• La presión psicológica de cumplir expectativas y retener suscriptores es devastadora.

El discurso del «dinero fácil» choca con una verdad incómoda: OnlyFans es un negocio extremadamente lucrativo para unos pocos y una trampa emocional y financiera para muchas.

¿Empoderamiento o presión social?

El patriarcado siempre ha encontrado formas de adaptarse y sobrevivir. OnlyFans no es una excepción. La mayoría de las personas explotadas en estas plataformas son mujeres, y la mayor parte de los beneficios acaban en manos de hombres poderosos.

El mito de la libertad financiera a través de OnlyFans es una trampa bien elaborada. Las consecuencias emocionales, sociales y laborales son profundas y, a menudo, irreparables.

La pregunta es clara: ¿realmente estamos frente a una herramienta de empoderamiento o simplemente ante un nuevo modelo de explotación maquillado con filtros de Instagram?

Entonces, ¿es realmente empoderante?

Si alguna vez dudas sobre si algo es realmente empoderante, hazte esta pregunta:

¿Qué le interesaría más al patriarcado?

Y haz justo lo contrario.

OnlyFans se ha convertido en un fenómeno cultural que merece ser analizado con ojo crítico. No todo lo que brilla es oro, y no toda independencia económica es verdadera libertad.

El empoderamiento real no debería sentirse como una trampa. Cuestionemos las narrativas predominantes, analicemos las estructuras de poder y no dejemos que el brillo del supuesto dinero fácil nos ciegue.